La siguiente “victima” fue Ale. Pense que estaria a salvo con ella, pues no había jugado, solo había sido una espectadora mas. Pero la Ouija la había llamado a ella, eso lo había olvidado. Ya eran vacaciones y me había quedado a dormir en su casa. Sus papas dormían en el cuarto d enfrnt y su hermana había id a una fiesta, asi que estabamos solas en su cuarto. Jugabamos y peleábamos lanzándonos almohadas y empujándonos , todo había empezado por quien usaría una almohada. Reiamos cuando escuchamos algo moverse en su tocador. Inmediatamente nos quedamos quietas y volteamos. Nada. Nos miramos y en ese instante una botella vacia de perfume cayo al suelo. Volteamos de inmediato y claramente vimos al fondo del pequeño tocador unos ojos rojos y pequeños que nos miraban. Y de la nada desaparecieron ante nuestra atónita mirada. -El duende- fue lo que dijimos asombradas. En su casa desaparecían cosas y culpaban a un duende travieso. En ocasiones habían creido verlo pero nunca de esta forma. En
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