1era Parte
Mis padres desaparecieron al cumplir catorce, un dia se encontraban
conmigo y al otro ya no quedaba rastro de ellos o de nuestra vida, llevándose todo
con ellos, ni siquiera una nota para decirme que regresarían o que me dejaban
nada de la nada ellos desaparecieron
como si la Tierra se los hubiese tragado. Podia ser eso o que algo mas
alla de lo que podía comprender se los había llevado, existen cosas en este mundo que apenas comprendía, aun continuaba siendo un niño después de todo. Quien soy yo eso no importa mucho, mi única familia
eran mis padres, no tengo idea del resto del clan, me encuentro solo y no tengo
ni la menor idea de que hacer. Provengo de una antigua casta de cazadores de
brujas entre otros seres, ni siquiera soy de este país pero mis antepasados
tuvieron que huir de una maldición que al parecer me perseguirá y fue la que se
llevo a mis papas, el siguiente soy yo y la verdad si temo por mi vida, llámenme
cobarde pero ustedes también sentirían miedo si su vida correría peligro por
cosas que no pueden comprender, morir es lo sencillo, lo malo es no saber donde
parara tu alma y en manos de quien caera, a eso le temo.
Habia perdido todo, ya no podía siquiera asistir a la escuela, me
hacia falta dinero y mis padres se habian llevado todo consigo vague por el
vecindaria alejándome de la casa a la que mis padres me habían negado acercarme
en halloween era peligroso salir, parecía que ellos siempre huian de nuestro
destino, generaciones atrás habían huido de el y se fueron, pareciera que era
de mi del que huyeron pero bueno. Ellos
estarían bien donde fuera que se encontraran o al menos eso pensé. Un buen
dia perdi aquel miedo que mis padres me había inculcado, después de meses de su
desaparición decidi acercarme a esa enorme mansión. Habia visto a esa hermosa
chica caminar todas las mañanas con una
pequeña niña en la mano, vaya esto si era nuevo nunca la había visto, temia que
le hiciera daño si era tan mala como mis padres la habían acusado. Me acerque
algo temeroso, pero seguro de que todo estaría bien. La chica tenia el cabello
ondulado y muy largo lo llevaba casi hasta la cintura cai en suaves ondas de
color chocolate, sus ojos eran color miel parecidos a los mios, no es que
fueramos parientes pero tenia algo que
me lleno de tranquilidad, la pequeña que llevaba tomada de la mano era una
linda niña rubia tal vez parezca pedofilo por decirlo pero tenia unas
mejillitas tan rosadas y un hermoso perfil cuando creciera seria una chica muy
atractiva no lo dudaba, de ojos azules que brillaban con el Sol, la niña era en
pocas palabras hermosa. Quien iba a pensar que algún dia pocos días después de
aquel encuentro le tomaria un cariño que no crei tenerle a ninguna otra
persona. Janis era el nombre de aquella misteriosa y atractiva bruja, no se veía
tan malvada como lo mencionaron, aun asi no podía fiarme del todo, pero creer
en personas que me habían abandonado sin despedirse ya no era tampoco de
confiar.
Janis me sonrio y casi brinca de felicidad al saber que yo
necesitaba una forma para conseguir dinero, había dejado unas cuantas semanas atrás
mis estudios para buscar la forma de ganarme la vida y salir adelante, ella sin
siquiera conocerme me pidió de inmediato el que cuidara a la pequeña niña. Ni
siquiera sabia si ella sabia de que familia provenia pero no le importo,
seguramente sabia y tal vez me pidió este favor para atraparme o no tengo idea pero yo estaba desesperado y
acepte ciegamente olvidando su naturaleza y la mia. Janis saldría de viaje y asi
fue como me converti aquella tarde de otoño en niñero de la pequeña Sol, en mis
planes nunca estuvo dedicarme a cuidar de niños, pero esa pequeña era especial
eso sin contar que me urgia el ganar algo de dinero para continuar llendo a la
escuela. Por mas que mis padres me trataran de mantener alejado de un mundo al que parecía temian y
deseaban que yo siguiera sus pasos, termine enrolándome en el, no le veía nada
de malo, todo parecía ir normal.
Con el pasar del tiempo a los pocos días, me adapte de una forma
sorprendente, incluso me ofreció la familia Hardmi a quedarme a vivir con ellas, Janis era la de en medio la cabeza de aquella familia era Victoria que jamás
estaba en casa ella viajaba mucho y no le importo mi pasado, no me veian como
una amenaza al contrario me veian como alguien productivo del que necesitaban
para cuidar de la pequeña Sol quien era una sobrina o prima lejana de ellas, no
entraron en detalles, no podían dejarla tanto tiempo sola y necesitaban alguien
que cuidara de ellas, me olvide de la escuela y en lugar de ellos estudiaba por
mi cuenta en aquella enorme casa que mas que casa parecía una mansión una muy vieja.
Janis no estaba muy de acuerdo pero ella admitia que me necesitaban en casa asi
que cualquier cosa que necesitara del exterior ellas me la brindarían. Ya no
temia a nada y ya nada lograba asustarme, esta casa parecía a veces estar
embrujada pues ocurrían cosas que para mi ya eran muy comunes, aparecían cosa
sque había perdido días antes en otro sitio, juraba y perjuraba que asi era y
de vez en cuando las cortinas se corrian
solas y las puertas se azotaban a la pequeña Sol no le daba miedo aquello asi
que por que a mi habría de asustarme. Me permitieron formar parte de su familia
cuando yo estaba solo, podía confiar
plenamente en ellas dejando de lado su naturaleza, yo las apreciaba y ellas al
parecer a mi también sobre todo la pequeña Sol. Solia jugar con ella por horas
sin cansarme, peinada de vez en cuando mi cabello cuando estaba dormido, era
una pequeña traviesa, vivir en casa de las Hardmi me hacia muy feliz. Cada dia
me fui encariñando mas de la pequeña Sol, jugabamos colgándonos de
los arboles y a veces le compraba un helado, otras solo bastaba con tener un
largo dia jugando con los cachorros que mi vecino tenia para divertirnos al
terminar el dia ambos caimos muertos, Sol se aferraba de mi y ambos quedabamos
tirados sobre el sofa dormidos a veces Janis regresaba a casa y me despertaba
pero otras solo se llevaba a Sol separandola con cuidado de mi para evitar
despertarla. Cuando me despertaba continuaba cuidando tanto de esa pequeña
niñita abrigandola con mi chamarra o poniendole una calida manta. Ella me decía
Phill de cariño, mi nombre es Phillipe pero ella me podía decir como quisiera a
mi no me importaba, si ella era feliz a mi me hacia feliz, empezaba a pensar
que esta era la familia que siempre había deseado tener, una sin obligaciones
mas que la de hacerme cargo de mi pequeña hermanita, y estudiar cuando me
placiera, terminaría convirtiéndome en amo de llaves de la Mansion pero no me importaba,
mis prioridades cambiaron al llegar aquí, tenia cieto encanto y estaba
fascinado con mi nueva vida. Pasaron los meses y continuaba con mi labor aunque
los sucesos extraños cada vez fueron mas fuertes al menos cuando domia, ya que
empece a tener extraños sueños
donde ella trataba de decirme algo pero siempre despertaba por que ella corria,
parecia arrepentirse, tal vez por que no confiaba en mi despues de todo la
casta de donde provenia generaciones atras habian destazado, quemado y apaleado,
cazado una por una sus ancestros, me sentia mal por ello, a veces sentia que no
merecia tanta hospitalidad venir de su familia, no lo merecia. Sol parecia
arrepentida y eso me hacia entristecer, que no confiara en mi ni en mis propios
sueños, al despertar no le decia nada, pero esos sueños se hacian cada vez mas
recurrentes sobre todo las noches de luna nueva. Tuve mas de diez noches
soñando con lo mismo, ya no soportaba mas esta tortura incluso pense en
reununciar ya no me sentia agusto como al principio algo andaba mal.
A pesar de todo esto ambos jugabamos como siempre y ella me jalaba
de la mano para contarme un secreto pero a la mera hora de la verdad se
arrepentia y yo despertaba. Me estaba volviendo loco despues de no soportarlo
mas decidi preguntarle directamente a Sol lo que ocurria ella solo negaba y
sonreia como buena niña. Revolvia su cabello y creia en sus palabras aunque el
que perdia esta vez su confianza era yo, a veces creia que se comportaba de
cierta forma algo extraña y eso provoco que el miedo apareciera de nuevo
envolviendome, la niña parecia ocultarme cosas pero dudaba que ella estuviera
metida en lo de su prima Janis, era muy pequeña para comprender la magia y esas
cosas, no debia temerle, era una niña y ellas eran de una buena
familia, no harian nada para hacerme daño a menos de que quisieran de cierta
forma vengarse por lo que alguna vez mi familia pudo hacerles, lo cual me hizo
tener pesadillas que no me dejaban dormir, despertaba del sobresalto asustado
por que las brujas vinieran por mi y terminaran conmigo, podrian torturarme o
algo peor. Esa misma noche decidi que esta seria la ultima, no podia mas con
ello, me sentia muy mal y debil, indefenso eran todas contra mi y yo no podia
defenderme, no les haria daño aunque ellas me lo hicieran a mi, yo las
apreciaba bastante, eran de mi familia aunque me quedaba claro que yo solo me
habia ilusionado y ya no era mas bienvenido en este lugar. Decidi tomar
mis cosas e irme, no deje ni siquiera una nota, asi como mis padres habían hecho
conmigo, que pensaran mejor era un desconsiderado como ellos, tenia que irme y
asi evitar que me encontraran.
En el camino Janis me encontro, no me veia muy bien, había enfermado
a causa de mis propios temores, cai enfermo y en cama y ellas se
dedicaron a cuidarme, yo sentia que esto era su culpa pero no pude evitarlo, no
tenia a nadie mas en el mundo que cuidara de mi, asi que me deje llevar. Si
ellas provocaban esto, dudaba que me ayudaran pero no fue asi, al parecer
contraje algo extraño, me hacia ver alucionaciones, un virus que con un
tratamiento en cuestion de unos cuantos dias sanaria y volveria a la realidad.
Lo que no sabia es que esto era mentira ya que en cierta forma tenia algo de
razon, ellas no buscaban hacerme daño pero sin querer lo hicieron. La
perdonaria cuando me enterara de que no habia sido su intencion, ella al igual
que yo tenia miedo por lo que habia hecho, todo estaria bien, nadie era
culpable.
La
enfermedad desapareció gracias a los cuidados de esas dos brujitas, ambas
cuidaban muy bien de mi Janis y la pequeña Sol sobre todo, que con escazos seis
años se preocupaba de mi tanto como su prima. Llevaban trapos húmedos y los dejaban sobre mi cabeza, tenia una
fuerte fiebre que por suerte no me mato, duro días, unos muy dolorosos. Despues
de recuperarme yo simplemente tome mi dinero y desapareci, no quería saber mas
de esto, y hui del pueblo en busca de algo mejor, las culpaba muy en el fondo
por lo que había pasado y ya no podía estar tranquilo en aquel lugar. Hice mi
vida muy lejos, en el Sur pase años en aquel lugar tratando de buscar
estabilidad y de huir de mi pasado, rehacer mi vida como diera lugar, pero los sueños
y pesadillas continuaron acechandome por años,
cada vez menos recurrentes pero yo trataba de alejarme de ellos.
Años mas tarde regrese de nuevo a ese pueblo buscando a las brujas que me habían
lesionado para exigirles que liberaran mi alma y me permitieran ir en paz, yo
les habia servido por casi un año y asi me habían pagado, mis padres habían tenido
razón, ellas si eran malas pero no debía continuar huyendo, debía enfrentarlas cara
a cara. Pregunte
por Janis al nuevo vigilante de la casa, al parecer alguien habia tomado rapidamente mi lugar, debia hablar con ella ya que el trato desde un principio fue con Janis no con su prima, senti que alguien me obervaba a lo lejos se encontraba esa pequeña niña, habia crecido y se veia tan bonita y sonriente como siempre. Corrio hacia mi gritando Phill, no pude evitar corresponder a su
abrazo. Janis aparecio por lo que tuve que separarme de Sol por unos minutos, apenas se fuera su prima mayor la cargaria para darle vueltas como soliamos jugar. Le Pedi amablemente a Janis hablar, ella debia saber que aquellos sueños continuaban acosandome, volteo a ver a Sol y suspiro, la pequeña salió huyendo como
en mi sueños y ella no dijo nada mas. Al parecer ellas no tenían la culpa de lo que fuera que habia contraido ni mucho menos de las pesadillas que tenia, podrian ser un efecto secundaria a ese mal, o a la aldicion que persiguio a mi familia por siglos. Esta era una nueva era diferente y no podia contonuar creyendo en maldiciones, aunque el convivir con esta familia me hacia tragarme mis palabras, ahora la pregunta era por que habia vuelto. Janis antes de despedirse me dijo que
la niña me había extrañado y que estaba dolida por haberme ido como lo habían hecho
mis padres conmigo, ella solo quería que yo regresara y por ello los sueños,
fue la forma de atraerme después de tanto insistir lo había conseguido, en vez de tomarlo a mal pense que tal vez mi lugar desde un comienzo habia sido en esta casa con estas chicas, brujas o no eran la unica familia con la que podia contar ahora. Asi que hice
nuevamente un trato con Janis para quedarme a cumplir con lo que debi haber
hecho, me sentia nuevamente en casa, Janis no deseaba que me sintiera comprometido a permacer aqui a menos de que ello fuera lo que yo deseara, solo me pidió pasar tiempo con
la pequeña, y yo acepte con una sonrisa, Sali a buscarla. Ella se
columpiaba en una vieja llanta que estaba colgada en un árbol, la empuje para
que se continuara balanceando y ella rio divertida. Regresabamos a nuestra vida
normal, estos diez años me habían servido para vivir un poco por asi llamarle
la vida normal, alejado de la magia aunque esta siempre formaría parte de mi vida.
Ya no era un niño, y había vivido una buena vida, ahora quería volver a tener
una mas pacifica y sabia que las pesadillas desaparecían, ya podía sentirme mas
tranquilo, había madurado también en el tiempo que estuve lejos asi que todo
volveria a la normalidad por llamarle de alguna manera. Habia terminado
envuelto en una antigua casa con una casta de brujas a las que a mis padres no
les agradaron y me prohibieron acercarme,
pero que podía hacer, yo era muy curioso y ellas fueron las únicas que vieron
por mi desde un principio cuando no
tenia a nadie mas.
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